Me llamo Mónica, y mi profesora de inglés me gritaba cuando le preguntaba algo que no entendía. 

¿Y yo qué sentía?

Adrenalina. Igual que en una carrera de coches.

Recuerdo un día que estaba en la cola porque tenía una duda. Había un niño delante de mí.

Yo quería estar tranquila, pero mi corazón era un Ferrari de lo rápido que iba. No quería que llegara mi turno.

Aparte de mi corazón, mis manos también empezaron a temblar, a toda velocidad.

Mi turno: empiezo a hacerle mi pregunta a Miss Nelly.

Y con su respuesta, algo se rompe dentro de mí. Igual que un huracán que pasa por encima a un Ferrari.

Ningún Ferrari puede superar al huracán Miss Nelly. Es imposible.

Y entonces lo tuve claro: sin ruedas, sin ventanas, sin motor… Aprender inglés no merecía la pena.

Y durante muchos años, me sentí como un coche en un desguace: inútil y sin posibilidad de salir de ahí.

Seguro que te han entrado sudores fríos leyendo esto o has recordado a tu profe de español del instituto.

Y por eso soy profesora de español para extranjeros. Por nada del mundo quiero que esto le pase a más gente. 

Y para eso tenía que hacer lo que no hizo Miss Nelly: saber de metodología y tratar bien a los demás.

¿Y sabes qué? 

Hay tres técnicas científicas increíbles que me encantan. Porque me han hecho tan libre como a un pájaro que ha estado en una jaula desde que era pequeño. 

Y es que, aparte de ayudarme a ganar confianza, me han ayudado a: